Sylvanus escribió: ↑Lun Feb 26, 2018 5:02 pm
El tema de la domesticación del caballo en la Península Ibérica es un asunto que viene cuestionándose desde hace ya muchas décadas, y que ha dejado abierta la posibilidad, más recientemente, de un proceso autóctono e independiente.
En un principio se partía de la base que el caballo había desaparecido en la península con el fin de la última glaciación, y que éste no retornó hasta que fue reintroducido, ya doméstico, por los celtas, hace unos 1.200 años, a través de los Pirineos, y en fechas similares desde África, por el sur, generando posteriormente las distintas razas básicas o tipos a nivel peninsular.
A grandes rasgos, el conjunto general no ha variado demasiado al menos en un sentido, el de aceptar esas fechas de finales del Bronce como seguras para la presencia del caballo doméstico en Iberia.
Sin embargo, hay matices de calado que sí han dejado cambios importantes con respecto al estudio del caballo después del Pleistoceno.
Hoy sabemos que el caballo nunca desapareció de nuestro territorio tras la glaciación, al menos hasta la Protohistoria, cuando ya es difícil saber si eran o no domésticos. Tuvo continuidad de presencia en el Mesolítico-Epipaleolítico, Neolítico, Calcolítico y Bronce, y por lo tanto, dejó abierta la puerta para una domesticación autóctona a estudiar desde esta nueva perspectiva.
La arqueología es prudente en este sentido. El caballo parte de dos problemas fundamentales en su estudio, el primero, que siendo como presuntamente se supondría una especie muy apetecible para los intereses humanos, no aparece con frecuencia tanto a nivel de restos como a nivel de atención en representación artística (sobre todo si lo comparamos con otras especies tanto salvajes como domésticas) en todo el intervalo temporal que va desde hace 12.000 años, hasta los tiempos pre-romanos, donde sí cobra importancia en las tradicionalmente conocidas culturas peninsulares “celtas, celtíberas, tartesias e íberas”.
El segundo problema es que cuando aparece, resulta extremadamente difícil discernir si se trata de ejemplares salvajes o domésticos, al contrario de lo que sucede en otras especies como bueyes, ovejas, cabras e incluso jabalíes y perros.
En base a todo ello, algunos autores como Uerpmann apuestan por una posible domesticación autóctona peninsular, basándose en una reducción de la talla y en general un cierto refinamiento óseo con respecto a los caballos del Pleistoceno, así como en otros posibles elementos adicionales.
Pero precisamente esta circunstancia de la reducción de talla o cierto refinamiento óseo, es algo que se observa desde el Mesolítico, seguramente como una respuesta a los cambios ambientales, y no es algo extraño a otras especies salvajes, como por ejemplo ciervos, lobos, etc., algo que suele producirse cuando se atraviesan distintos estadios climáticos, véase por ejemplo el caso de las hienas de las cavernas, que variaron mucho en tamaño incluso en un lapso temporal muy corto, dependiendo si se trataba de un interglaciar o un glaciar.
En cualquier caso, incluso Uerpmann, no apunta esta posibilidad más allá del III milenio a.C., es decir, del 5.000 al 4.000 B.P., lo que pone el tope máximo entre el Calcolítico Pleno y el Bronce Inicial.
Otra cuestión a considerar es qué entendemos por “domesticación del caballo”. Porque una cosa es su uso como montura, otra como animal de tiro o carga, y otra muy distinta su empleo puntual, ocasional, o más o menos recurrente, como animal productor de carne, piel, e incluso leche.
Hoy en día hay indicios de que cierto control o manejo de los caballos pudo darse en Europa Occidental incluso desde tiempos paleolíticos, plasmados no sólo en el arte parietal, siempre discutible, sino apoyados por otras evidencias como utensilios, véanse placas y bastones perforados, que pudieron servir como pesas de control, así como presencia de paleopatologías dentarias que hoy se entienden como efecto de la “domesticación” o control de los animales (vicios de establo), que pudieron generarse a partir de arcaicas embocaduras.
Y esto, tiene su continuidad en nuestra Península Ibérica, ciertamente, y es algo que alarma a muchos estudiosos, que tratan de imaginar cualquier otra cosa mucho más increíble que lo que a veces encontramos fielmente representado en el arte rupestre ibérico holocénico.
Así, donde se ven claramente escenas de caballos con humanos que los controlan con sogas, se ha querido discutir acerca del sexo de los ángeles, que si eran lanzas, que si un imaginario nexo de unión espiritual…En fin.
Lo más probable, es que fueran primeros intentos o eventos puntuales de cierto control sobre los caballos, que pudieron ser capturados o criados desde potrillos, para ser algo manejados, al menos para consumo.
Y esto, entronca directamente con la problemática tanto de datación como de adscripción sobre el Arte Levantino peninsular, que es una cuestión que viene de muy atrás, prácticamente desde que se descubriera hace ya más de cien años.
https://www.google.es/search?q=caballo+ ... 53f30rSkM:
Venta del Humo-Cuenca.
Hay interpretaciones para todos los gustos, desde las que lo consideraron arte paleolítico, contemporáneo de Altamira, hasta quienes lo han supuesto como una expresión neolítica incluso prolongada en tiempos protohistóricos.
No ayuda mucho el que con frecuencia, no se asocien restos óseos o líticos en los abrigos donde se llevaron a cabo las representaciones.
Finalmente, el tema ha quedado más o menos resuelto o aceptado como que este arte surge en el Holoceno, como expresión de los pobladores mesolítico-epipaleolíticos, y que se prolonga, primero conviviendo junto a los primeros agricultores (a los que se atribuye, por ejemplo, el Arte Macroesquemático), y después va fundiéndose en alguna fase más tardía con las primeras manifestaciones del Arte Esquemático, que del mismo modo, presenta una muy difícil datación, generalmente aceptada desde el Neolítico, y que se prolonga prácticamente hasta la llegada de fenicios, griegos, cartagineses y romanos.
Resulta difícil interpretar cuándo los cazadores y recolectores dejan de serlo por completo, cuando desaparecen las últimas tribus, cuándo van adoptando el sistema agro-pastoril que otros ya practican en territorios adyacentes, o cuánto perduran ciertas prácticas y costumbres más ancestrales, como puedan ser tradiciones artísticas.
https://es.wikipedia.org/wiki/Arte_esqu ... scuala.png
Peñapascuala-Cuenca.
Cuando los artistas levantinos representaron caballos llevados o cazados con soga por humanos, ¿se representaban a sí mismos, o en realidad lo que querían era dejar constancia de un hecho espectacular y digno de ser plasmado, un acontecimiento que habían visto a otros?...¿Y cuándo sucedió esto?...
Es difícil, muy difícil dar una respuesta a tales cuestiones, porque tienen mucho de interpretativas, y poco de fiabilidad temporal contrastada.
Por ejemplo, en la Gran Enciclopedia Aragonesa, podemos leer cómo se describe la presencia de animales domésticos en algunas representaciones de abrigos rupestres de Teruel, aparecen árboles, quizás algún tipo de frutal, e incluso se habla de ovejas y hasta asnos, que en algunos casos portan hasta jinete. (Abrigo de los Trepadores, Abrigo de los Borriquitos y Abrigo de los Recolectores, todos ellos de El Mortero-Alacón, etc.)
http://www.enciclopedia-aragonesa.com/v ... oz_id=1396
Esto último, la representación de asnos, incluso montados, que habría sido descabellado hasta hace bien poco, tiene hoy algo más de argumento, sabiendo como sabemos que han aparecido restos de asno doméstico africano en yacimientos del Calcolítico Final de Portugal, hace 4.000 años.
https://www.google.es/search?q=abrigo+d ... BprJ_dm-M:
Quizás a algún lector le habrá sorprendido ver, en el mapa que plasmé más arriba, la mención al emplazamiento castellonense de La Gasulla, para relacionarlo con el caballo doméstico en la Península.
Pues bien, precisamente va en este sentido. Ahí tenemos representado un jinete, incluso con casco, que ha levantado todo tipo de controversia, y que siempre se ha considerado como Arte Levantino.
Así que, no queda otra que, una de dos, o prolongar esta expresión bastante más en el tiempo, o pensar que pudo haber un corriente artística que no reflejara de forma tan esquemática lo que veía, sino que quiso dejar constancia de aquello tan sensacional que veía, probablemente unas gentes extrañas, ataviadas de forma ajena a la propia, a lomos de caballos, seguramente durante el II Milenio a.C., tal como hicieran los bosquimanos o los patagones en el pasado, al ver por primera vez a los europeos.
http://www.cuevascastellon.uji.es/artic ... asulla.pdf
Aquí recogen de forma mucho más ampliada la cuestión:
http://www.soscaballolosino.com/Entrada ... estres.htm
Parece bastante más difícil asumir una domesticación autóctona a tal escala de uso muy anterior en el tiempo, entre 8.000 y 5.000 antes del presente, como sugieren en esta última web.
De entrada, yo encuentro bastante más esquemáticas todas estas representaciones, que pertenecientes al Arte levantino. Quizás pudo ser una fase evolutiva, una fusión.
Con todo, lo que hasta ahora apoya la arqueología o la arqueozoología, es que durante el Calcolítico el caballo es prácticamente inexistente en culturas avanzadas como Millares, está más presente en el Vilanova (Portugal), aunque se constata y es considerado como animal de consumo, y es a partir del Bronce, hace entre 4.000 y 3.700 años, cuando empieza a aparecer de forma más frecuente e incluso en cierta abundancia, en yacimientos sobre todo del Mediodía Peninsular, aunque sigue sin quedar muy claro el uso que de él se hacía.
De esta forma, y de momento, tenemos una horquilla entre el 4.000 y el 3.200 antes del presente, unos ochocientos años, prácticamente un milenio, para asumir un tránsito desde un posible manejo del caballo para consumo hacia la implantación de éste como animal de tiro, carga y monta.
Es fácil imaginar que si el caballo doméstico aparece ya en la Cultura de Cerámica Cordada lindante con la Yamna, en el Centro-Este de Europa, hace 4.500 años, no tardaría en dejar alguna huella a través de los contactos con la Cultura Campaniforme, seguramente reservada a las élites, aunque tardara algo más en asumirse su uso generalizado.
Parece, en cualquier caso, que faltan también datos al sur de nuestra península. Resulta extraño ver cómo el asno sí llega desde África, presente ya hace 4.000 años, aun siendo testimonial, y no se haya encontrado rastro de caballos en el Norte de África que pudieran haber pasado desde Iberia a través del comercio. Quizás se deba a que el estudio en el Magreb, en este sentido, esté aún en pañales.
Pero de cualquier forma, dada la importancia del caballo en sus distintas aplicaciones, es muy de extrañar que no hubiera dejado en África un rastro más significativo en sentido Occidente hacia Oriente, y más, cuando sabemos del comercio a larga distancia, aun por escalas a través del Mediterráneo, entre Iberia y Asia, con marfil de elefante asiático constatado durante el Calcolítico Ibérico.
Conclusión, que a día de hoy, con lo que tenemos, parece más factible pensar que el caballo doméstico comenzó a entrar por los Pirineos en algún momento entre el Bronce Inicial y Medio, y seguramente por el Estrecho (quizás en ambos sentidos) hacia el Bronce Final y principios del Hierro.